Uno de los jóvenes que acompañamos con Padrinos Solidarios forma parte del Seleccionado Nacional de Básquet Adaptado. Su esfuerzo y tenacidad inspiran a todos.
Adriel descubrió su pasión por el básquetbol adaptado en cuarto grado, cuando se unió a un club de su barrio. Allí aprendió mucho sobre el deporte, estableció vínculos y, sobre todo, sintió amor por la camiseta.
Desde el principio, sus sueños fueron grandes. Su dedicación y esfuerzo lo llevaron a convertirse en campeón de segunda división y a lograr el ascenso de su equipo, además de ganar la oportunidad de ser parte de la preselección del Seleccionado Nacional de Básquetbol Adaptado.
Con la albiceleste en el pecho, Adriel vivió momentos memorables. Actualmente, espera ansioso su convocatoria para participar en el nuevo Torneo Sudamericano en Perú, donde busca dar lo mejor de sí y continuar creciendo como deportista y persona.
Su familia, amigos y compañeros de la escuela recibieron esta noticia con entusiasmo, al igual que su madrina solidaria, parte del programa Padrinos Solidarios de ACDI, quien lo ha acompañado desde sus años en la primaria en la escuela Santa Lucía de Santa Fe.
Un amor que llena
Adriel destaca que el apoyo de su madrina solidaria es fundamental, especialmente cuando recibe cartas o mensajes de aliento que lo motivan a no rendirse en sus estudios. En su segundo año de secundaria, asiste casi todos los días, obtiene buenas notas y disfruta mucho la asignatura de Historia.
«Saber que hay alguien que piensa en mí desde lejos es maravilloso. Me encanta recibir su apoyo constante que me anima a terminar la escuela, seguir jugando y, por supuesto, disfrutar de sus regalos», comentó el joven, que vive con sus padres y hermanos en un barrio de familias trabajadoras en el cordón oeste de la ciudad de Santa Fe.