Uno de los jóvenes que acompañamos con el programa Padrinos Solidarios es parte del Seleccionado Nacional de Básquet Adaptado. Su esfuerzo y tenacidad son una inspiración.
Adriel, quien recibe el acompañamiento de una madrina solidaria -parte del programa Padrinos Solidarios de ACDI- desde que iba a la primaria en la escuela Santa Lucía de Santa Fe, es hoy el protagonista de esta historia de inspiración.
El joven de 14 años encontró su pasión por el básquetbol adaptado cuando cursaba cuarto grado, dando sus primeros pasos en un club de barrio con el que logró aprender mucho sobre el deporte, crear vínculos y sobre todo sentir amor por la camiseta.
Desde sus inicios sus sueños fueron grandes. Y su esfuerzo y tenacidad le dieron la oportunidad de lograr con su equipo salir campeones de segunda división y el consecuente ascenso de categoría; además de recibir la noticia de convocatoria para ser parte del Seleccionado Nacional de Básquetbol Adaptado preselección.
Con la albiceleste en el pecho también tuvo hermosos momentos. De hecho ahora, se encuentra a la espera de ser llamado para participar de lo que será el nuevo Torneo Sudamericano en Perú, donde pretende dar lo mejor de sí para seguir creciendo como deportista y persona.
Un amor que llena
Adriel asegura que el rol de su madrina solidaria es un pilar fundamental para él, sobre todo cuando recibe una carta o mensaje con aliento para no bajar los brazos en cuanto al estudio y cursado de su segundo año del secundario, a donde no falta casi nunca, tiene buenas notas y le gusta mucho la asignatura Historia.
«Saber que hay alguien que a la distancia piensa en mí es hermoso. Me encanta recibir sus cartas y regalos, su apoyo constante alentándome a terminar la escuela y por supuesto mensajes de aliento para que siga jugando», dijo el joven que vive junto a sus padres y hermanos en un barrio de viviendas bajas y familias trabajadoras, en el cordón oeste de la ciudad de Santa Fe.