Repartimos semillas a instituciones educativas y familias productoras rurales para incentivarlas en la formación de espacios agroecológicos. También impulsamos talleres de la mano de la ingeniera agrónoma Evelyn Knuttzen.
Como continuidad a las actividades realizadas con las familias productoras usuarias de la aplicación Kokue, fomentamos la producción y elaboración de alimentos a partir de la promoción de la agricultura familiar y la agroecología, como soluciones sostenibles para la seguridad alimentaria.
Y no sólo nos enfocamos en las familias, sino que ampliamos nuestro horizonte hacia las escuelas rurales, ya que entendemos que la instalación de una huerta escolar puede ser un instrumento fundamental para la educación alimentaria y nutricional, el cuidado del ambiente, y el rescate de saberes y especies locales.
Está demostrado que la huerta favorece el desarrollo cognitivo y emocional de los estudiantes. Y de hecho, cada vez más establecimientos educativos de Argentina incorporan el trabajo en huertas, reciclado de residuos, talleres de concientización ambiental y diversas actividades vinculadas a estas temáticas que facilitan y promueven el acercamiento de niños, niñas y jóvenes a un universo de posibilidades, de aprendizaje e investigación, sensibilización e integración.
Según un relevamiento realizado por el Instituto Nacional de Tecnología Alimentaria (INTA), existían hacia 2016 existían 8.628 huertas escolares a escala nacional, la mayoría de las cuales nacieron por un proyecto educativo que en algunos casos se vio truncado por el cierre obligatorio de los establecimientos en el marco de la pandemia por COVID19.
Desde ACDI consideramos de gran importancia reimpulsar estas iniciativas, con el objetivo de desarrollar en estudiantes la capacidad crítica y reflexiva de su propia realidad, superadora a través del trabajo en huerta y promover la sustentabilidad y soberanía alimentaria.
Por eso, agradecemos el apoyo de la empresa Bejo, quien nos realizó una donación de semillas para entregar en escuelas que acompañamos a través del programa Padrinos Solidarios, y también a productores y productoras de escala familiar que apuestan por la producción propia de alimentos en distintas zonas del Gran Chaco Americano.
Asimismo nos impusimos como reto seguir trabajando en la formación educativa de la agroecología con estos grupos, y por tanto se proyecta realizar durante todo el año una serie de talleres de huertas con características virtuales, a cargo de la ingeniera agrónoma de nuestro equipo, Evelyn Knuttzen.