¿Por qué lo proponemos? Partimos de la idea de que la lectura ayuda a las personas a construirse, descubrirse, hacerse un poco más autoras de su vida, sujetos de su destino, aún cuando se encuentren en contextos socialmente desfavorecidos. Entonces queremos que en el taller los chicos puedan elaborar un espacio de libertad para darle sentido a sus vidas. Esto responde a la especificidad humana: el deseo de saber, la exigencia poética, la necesidad de relatos y de simbolizar la experiencia.
La profesora del taller nos cuenta más sobre su propuesta…
Queremos pensar a la lectura en taller como juego, porque jugar ayuda a entender la vida, y también el arte ayuda a entender la vida, por las consecuencias que trae aceptar el juego: se está en un espacio, se construye, se aceptan reglas, se pacta con la ficción, se busca un sentido.
¿De qué manera trabajamos? Proponemos al momento del Taller de literatura como un espacio que deje lugar para el secreto, para la libre elección y los descubrimientos singulares a partir del trabajo con la lectura y la escritura, a partir del juego y la experimentación con el lenguaje.
Entonces, ¿por qué enseñar literatura en este espacio? Como dice el escritor Gianni Rodari: “para llevar al niño a situaciones placenteras, hacerle llevar a cabo empresas memorables, presentarle un futuro lleno de satisfacciones y compensaciones, contándoselo como una fábula. Es necesario que el niño acumule optimismo y confianza para desafiar a la vida. Y, además, no olvidemos el valor educativo de la utopía: ofrecerle una ayuda para que pueda imaginar su propio destino”.
Los miércoles en la Escuela Santa Lucía y los viernes en la Fundación Catena (ambas en ciudad de Santa Fe), los chicos asisten al taller literario, gracias al aporte de nuestros padrinos…