Al menos dos veces al año, más de 500 chicos escriben cartas a sus padrinos que viven en otra ciudad… ¿Cómo se hace? ¿Cómo se logra que niños y adolescentes que viven en condiciones difíciles o humildes, escriban y cuenten cosas de su vida a personas lejanas?
Se trata de toda una red de trabajo…
A veces, los chicos escriben cartas por propia iniciativa, pero a veces les cuesta mucho, varios de nuestros chicos tardan en alfabetizarse incluso hasta los 9 o 10 años (o más) y hay quienes atraviesan situaciones difíciles, hasta el extremo de no tener ni siquiera un lugar donde poder escribir. Pero creemos que proponer a los chicos que escriban a sus padrinos siempre es una oportunidad de entrar en contacto con ellos, de conocer mejor qué les preocupa, de ayudarlos a agradecer y hasta descubrir algo positivo dentro de su realidad.
Por eso organizamos encuentros especiales para escribir cartas. Puede ser que la maestra del grado oriente esta actividad, aprovechando para enseñar cuestiones relativas a la escritura y, entonces, entre todo el grupo se piense una forma de organizar la carta. A veces, una bibliotecaria o un colaborador de nuestro programa (por ejemplo, las profesoras del taller literario o del apoyo escolar) se reúnen con un niño o un grupo pequeño de niños y los ayudan a responder mediante preguntas o releyendo alguna carta recibida.
En el caso de los ahijados adolescentes, hemos visto que les cuesta mucho expresarse, les da un poco de vergüenza, no les resulta fácil el desafío de comunicarse con alguien que sienten tan distinto. En esos casos, intentamos organizar un momento agradable de encuentro, compartir una comida, conversar, conocernos un poco más. Luego, les proponemos la carta motivándolos con alguna frase o juego. Por ejemplo, hace un tiempo les pedimos a un grupo que cada uno asistiera al encuentro con un objeto que lo identificara y que escribiera sobre eso. ¡Salieron cosas muy lindas! La mayoría, llevó a un amigo y otros, una camiseta de fútbol o una foto.
A la vez, cuando los chicos no quieren escribir o prometen la carta y no cumplen, seguramente hay algún motivo y ahí nuestros colaboradores se ponen más alerta porque puede ser la posibilidad de descubrir algo juntos…
Y siempre es muy bueno cuando los padrinos escriben!! No sólo por la alegría de cada ahijado sino porque también puede compartirlo con sus compañeros y para todos significa reconocer que efectivamente hay quienes, a la distancia, piensan en ellos y los valoran.
GRACIAS PADRINOS por sostener toda esta red de personas que trabajan por hacer de sus trabajos lugares más amables, donde pueda crecer y respirar el corazón.
GRACIAS a los PADRINOS que se toman un tiempo para escribir a sus ahijados!