Porque nos interesa potenciar la participación de los grupos de productoras de Tucumán en distintas ferias, en el mes de octubre las acompañamos en Corrientes para lo que fue su participación en el primer encuentro nacional de la Red de Organizaciones Slow Food Argentina.
Esta red reivindica el respeto por los procesos naturales de la producción agrícola ganadera y revaloriza las formas de alimentación saludable, la elaboración de productos naturales y sobre todo la forma de producción y vida de campo que promueve el respeto por la madre tierra como parte de un buen vivir.
En Tucumán, el grupo productivo “Mujeres emprendedoras de La Madrid”, acompañado por ACDI desde 2017, se integró a la red de Slow Food por su reconocida elaboración de conservas agroalimentarias, productos realizados por medio de un proceso que no incorpora ingredientes o agregados que alteren la salud humana: son productos elaborados artesanalmente en base a frutas, azúcar y limón.
Con el apoyo de ACDI, las mujeres dijeron PRESENTE y pudieron viajar a la Provincia de Corrientes (a más de 800 KM de su provincia) y enriquecerse de la experiencia del encuentro Nacional, donde no sólo pudieron exponer y vender dulces y mermeladas artesanales, sino donde también pudieron conocer el camino transitado por otros grupos que sirvieron de inspiración.
Pamela Dorao, una de sus miembros nos comparte: “Estuvimos intercambiando experiencias y conociéndonos con otras 15 comunidades, lo cual en lo personal fue el impulso a seguir adelante con nuestro grupo, ya que nos dimos cuenta que no somos los únicos en este tren, que las dificultades que se nos presentan día a día pueden ser el motor para crecer más. En el encuentro conocimos cocineros, cooperativas, y grandes personas que nos dejaron un gran aprendizaje de que no estamos solas, que si no nos animamos, el cambio no sucede y que un alimento bueno, limpio y justo es el futuro que promete».
ACDI se adhiere a los principios de este movimiento y busca seguir apoyando a las mujeres emprendedoras para potenciar sus producciones artesanales, favoreciendo actividades de enriquecimiento personal y colectivo en pos de la soberanía y la seguridad alimentaria de sus miembros. También destacamos el efecto multiplicador de este tipo de experiencias en las comunidades a las que pertenecen las mujeres. Ser parte de una red, nos hace sentir acompañados y nos enriquece a todos.