En Formosa funciona la asociación civil Hinaj, una organización que con la asistencia técnica de ACDI y del INTI, más la gestión permanente de Fundación Gran Chaco producen este alimento que intentan instalar en el exterior.
Desde el Paraje Lote 8 del departamento Ramón Lista, en el noroeste de la provincia de Formosa, un grupo de mujeres artesanas aborígenes de la etnia Wichi conforman la Asociación Hinaj, originada para fortalecer y formar mujeres que se encontraban en
situación de vulnerabilidad. Hoy se dedican a producir artesanías y harina de algarroba, producto estrella que intentan instalar en el exterior.
La producción de la harina de algarroba está realizada íntegramente con mano de obra femenina. La misma es estacional, dado que el algarrobo (árbol nativo que produce la fruta a partir de la cual se produce la harina), fructifica una vez al año y sus frutas están
disponibles entre los meses de noviembre a febrero, período en que se intensifica la cosecha, el acondicionamiento, molienda y acopio de la harina.
Actualmente la producción es de 10 toneladas, pero para la próxima temporada ya tendrán la planta de molienda en funcionamiento y se prevé una capacidad productiva de 60 toneladas. Entre sus objetivos se encuentra la exportación y para ello están generando vínculos con
empresas de varios países; entre otros, aspiran ingresar al mercado europeo, a Estados Unidos, Paraguay y Bolivia.
Especialistas de la sede del INTI en Formosa, asistieron a la Asociación en el desarrollo de toda la cadena de producción, tanto en la obtención de fibras y tintes para artesanías como en el circuito de molienda de la harina de algarroba, lo que permitió dar un salto de escala en la producción y así poder comenzar a comercializarlos tanto en el ámbito nacional como internacional.
La Asociación, en tanto, recibió varios reconocimientos nacionales e internacionales por la labor en el empoderamiento de las mujeres indígenas y la revalorización de los saberes ancestrales, como así también del valor del diseño de sus artesanías. Las cualidades alimenticias de esta harina de algarroba son difícilmente comparables ya que, además de contener un gran número de macro y micronutrientes, cuenta también con un alto contenido de vitaminas, hierro y calcio, asimismo, puede poseer hasta un 14% de proteína, lo que la posiciona como un alimento altamente nutritivo, que puede ser utilizado en dietas especiales y ser sustituto de algunos
alimentos que proveen nutrientes esenciales.
Contiene además menores porcentajes de hidratos de carbono y grasas que la harina integral de trigo, así como un mayor porcentaje de fibras lo que genera en el organismo un pasaje lento de la glucosa a la sangre. Esto es beneficioso para la salud de las personas en
general y particularmente para las que padecen diabetes. Por otra parte, el consumo de fibra regula y colabora con el tránsito intestinal.
Por su contenido de hidratos de carbono, como la sacarosa, la glucosa y la fructosa, tiene poder endulzante lo que le otorgan a la harina un aroma y sabor dulce característico, que permite su empleo en diversas recetas con la ventaja de reducir la cantidad de azúcar adicionada. Por otro lado, en personas con restricciones alimenticias, como es el caso de los celíacos, complementa la tríade de harina sin TACC (garbanzo, arroz y algarroba), siendo ésta la componente dulce de las citadas.
La industria de alimentos la está incorporando en diferentes productos como tortas, postres, cremas, alfajores, bizcochuelos, budines, galletas y hasta caramelos. También, puede ser empleada como reemplazo del chocolate en diversas preparaciones debido a que aporta color y aroma similares, con un menor contenido de grasas y azúcares simples.
Gonzalo Robledo, asistente técnico de ACDI y de la asociación reflexionó al respecto: “El primer acercamiento a la asociación fue muy técnico, pero cuando comencé a involucrarme y conocer su apego y amor al trabajo, asumí el proyecto de la harina con un mayor grado de compromiso, más allá de lo profesional. Cuando iniciamos la actividad, las mujeres producían la harina con los morteros a mano y, respetando su cultura y sus valores ancestrales, se decidió que la mejor forma de ayudarlas era fortalecerlas desde el conocimiento y brindando ciertas herramientas para lograr un salto de escala en el sistema de producción, llegando hoy a producir volúmenes que permite su comercialización a nivel nacional y con la visión de poder comenzar a exportar”.
Fuente: Boletín edición INTI- PYMES EXPORTAN • Tecnología e innovación argentina
/ Edición 18 • Noviembre-diciembre 2021