La semana pasada en la sede de ACDI se realizó la segunda reunión anual de coordinadores del programa Padrinos Solidarios. La misma resultó útil para que se compartan inquietudes y experiencias.
Por María Inés Ferrero
Dos veces por año nos juntamos con nuestros coordinadores: los directivos, docentes, psicopedagogos y trabajadores sociales que nos ayudan a llevar adelante el programa Padrinos Solidarios. La semana pasada nos reunimos por segunda vez con ellos, quienes son figuras fundamentales en nuestro trabajo, ya que se preocupan por acercar a cada ahijado la ayuda y el acompañamiento de su padrino. Son ellos quienes se desempeñan para responder a las necesidades insatisfechas de cada niño, quienes entrevistan a las familias para asegurarse de que la ayuda llegue donde es más necesitada, quienes escriben dos veces por año al padrino o la madrina informándole sobre los avances y las novedades de cada ahijado. Su trabajo es muy importante para el funcionamiento del programa y además es ad honorem.
En esta ocasión, y antes de ocuparnos de cuestiones operativas, comenzamos la reunión leyendo un texto y reflexionando acerca del “encuentro como categoría decisiva de la historia” (Papa Francisco), fundamentalmente para volver a las razones primeras por las que todos trabajamos en el programa de padrinazgo y cómo hay encuentros decisivos para la vida de todos.
Más allá de los aspectos informativos de los encuentros, estas reuniones son importantes y muy interesantes porque los coordinadores pueden compartir sus inquietudes y sus experiencias. De hecho, en esta ocasión, algunas coordinadoras contaron anécdotas, en especial de algunos papás que se sienten muy afortunados al tener a sus hijos apadrinados y que sienten la necesidad de escribirles una carta a los padrinos para expresarles su agradecimiento.