Para seguir orientando el crecimientos de las experiencias productivas y asociativas que se impulsan de la mano de ACDI y el Plan Nacional de Protección Social en estas localidades de Tucumán, se dictó un taller sobre diseño de planes de negocios.
En el transcurso del 2018, de la mano de ACDI, el Plan Nacional de Protección Social (PNPS) impulsado por la Secretaría de Acompañamiento y Protección Social del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación y los gobiernos locales, unas 37 familias de La Madrid y Taco Ralo –en Tucumán– pusieron en marcha distintos emprendimientos de desarrollo asociativo que este año buscarán consolidarse.
Frente a esto y con el objetivo de ayudarlas a identificar el valor agregado de los mismos, orientados a la producción de productos artesanales, naturales, regionales y familiares– como las mermeladas de frutas de estación o las conservas vegetales– la semana pasada el ingeniero David Morelos Suet brindó un taller en estas localidades sobre diseño de planes negocios.
Recordemos que este profesional tiene mucha experiencia en manejo de grupos de proyección productiva. De hecho junto a ACDI logró posicionar en el mercado la marca asociativa Pastoras del Monte, que agrupa a productoras de cabra de la misma región de Tucumán que se dedican a la elaboración de quesos, dulce de leche y también mermeladas.
“El encuentro con estas familias, representadas en su mayoría por mujeres, resultó muy interactivo, sobre todo porque había muchas dudas sobre cómo posicionar su producto, teniendo en cuenta que hay muchos del mismo tipo en el supermercado”, comenzó a explicar David Morelos y siguió: “Estas mujeres vienen de pasar un año de aprendizaje respecto de la técnica de elaboración de sus productos, manejo de la materia prima y demás. Pero llegamos al punto donde es necesario capacitarse en todo lo que tiene que ver con la venta y precio de lo elaborado”.
Al respecto, Morelos puntualizó en que se hizo foco durante toda la jornada en la cadena comercial. “Conversamos sobre la necesidad de calcular los costos de producción, del valor de su mano de obra, la energía eléctrica consumida y hasta las horas invertidas”, dijo Morelos Suet y completó: “Hubo mucho impacto sobre los números y la fortaleza de los aspectos particulares de sus productos”.
Para finalizar, el titular del taller rescató el debate que se generó al analizar lo trabajado concluyendo en la importancia de darle un sentido a la eficiencia, al estudio de mercado y a la necesidad de ser pacientes.
“Yo siempre remarco que no hay recetas especiales para el éxito. Hay que entender que un emprendimiento comercial es como un hijo al que debemos acompañar, entender y priorizar en los primeros tiempos, prestando atención a sus necesidades sin hacer casos a caprichos personales. Aquí pasa lo mismo, estamos en aprendizaje y está llegando el momento de escalar para crecer”, cerró el ingeniero David Morelos Suet.