Silvina: un acompañamiento que continúa
Silvina es una jovencita que tiene casi 17 años, fue ahijada de Ana durante más de 6 años. Su relación transitó la escolaridad primaria de la niña en la escuela Cristo Obrero de la ciudad de Santa Fe. La madrina vino a la Argentina a visitarla a ella y a su escuela.
Al terminar el nivel primario, Silvina tuvo deseos de continuar algún taller profesional. Ana -ya no siendo su madrina- la ayudó para que pueda concretarlo: ¡aprender el oficio de peluquera! Gracias a este regalo, desde la Fundación Padre Catena se organizó para ella un curso de peluquería.
La familia de Silvina no ve como prioritario que su hija pueda seguir algún tipo de estudio u oficio, ya que ellos se dedican en conjunto al ‘cirujeo’, tarea que consiste en recolectar y vender basura en las calles en un carro tirado por caballos. La joven en este sentido no está acompañada desde su hogar para seguir algún estudio, ya que priorizan otras tareas de adultos.
Es importante el espacio que se generó a partir de una relación a la distancia, apoyada en personas cercanas, para que Silvina (que no asiste más a la escuela) pueda aprender un oficio que le gusta y que le podrá dar a futuro una salida laboral.
Patricia, una peluquera profesional, es quien los prepara, con los saberes básicos de peluquería, para poder desempeñarse y con probabilidad de continuarlo el año próximo. Se le compraron los elementos necesarios -que luego van a quedar para Silvina- y la novedad es que se invitaron a otros jóvenes para que participen del curso, porque fue un deseo de ella misma para sentirse acompañada por sus pares.
Silvina está muy ilusionada con que esto sea su fuente de trabajo a futuro. Cuentan las coordinadoras del programa en el barrio –que la conocen desde que asiste al jardín- que nunca la vieron tan contenta y con ganas de aprender algo, y que incluso quiere participar de otras actividades que allí se organizan, como panadería y cine. Se formó un lindo grupo de jóvenes que –al dejar de asistir a la escuela- buscan de alguna manera el seguimiento concreto de personas que los acompañaron durante su escolaridad.
Las clases se realizan en la sede de la Fundación en el barrio, lugar en el que se desarrollan además otros talleres educativos y culturales (de lectura y escritura, de expresión corporal y danza) para los ahijados de ACDI.
En la foto, Silvina junto a la profesora Patricia,
el primer día de clases.