Programa Enseñar y Aprender a Estudiar
Será a través del proyecto “Enseñar y Aprender a Estudiar”, iniciativa enmarcada en el Programa de Compromiso Social Voluntario de la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación que la UNL impulsa para brindar acompañamiento áulico a adolescentes en edad escolar mediante el acompañamiento de voluntarios universitarios que acompañarán a las escuelas secundarias Nº 2025 “Ceferino Namuncurá” y Nº 2035 Santa Rosa de Lima.
El objetivo es el de habilitar nuevos espacios de aprendizaje que enriquezcan la propuesta educativa en barrios marginales, favoreciendo la adquisición de metodologías de estudio que contribuyan al desarrollo de aprendizajes críticos, significativos y autónomos de alumnos que pertenecen a contextos escolares de vulnerabilidad social. A la vez, se quiere contribuir al proceso de formación de los estudiantes universitarios, en su mayoría alumnos de profesorados, para que puedan poner en práctica la transferencia de conocimientos académicos en situaciones reales, haciendo hincapié en las áreas didácticas de ciencias naturales, matemáticas, lengua, inglés, ciencias sociales y contabilidad.
Para fortalecer el trabajo voluntario, junto a la UNL se implementa un Curso de Capacitación que ofrece elementos teóricos y metodológicos prestando especial énfasis a la preparación de material didáctico, el abordaje a la educación en contextos vulnerables y a técnicas y métodos de estudio específicos para alumnos que no cuentan con espacios y acompañamiento durante el estudio.
Del mismo modo, el proyecto prevé la entrega de útiles escolares y materiales didácticos necesarios para el trabajo en el aula, ya que la mayoría de los alumnos no tiene acceso a este tipo de recursos.
En ese mismo sentido, se equipan los voluntarios universitarios con un cuaderno de campo, donde llevan un registro y monitoreo de las actividades que realizan y un dossier bibliográfico del Curso, junto a los pasajes para su traslado semanal.
A lo largo de toda la experiencia, se realizan reuniones de intercambio de experiencias entre voluntarios e instancias de monitoreo y evaluación, cuyos resultados son sistematizados en producciones académicas y socializados a la comunidad escolar y universitaria. De tal forma, se profundizan los objetivos de las experiencias anteriores, delimitando líneas de acción para superar las limitaciones y potenciar sus fortalezas.
Para considerar
Cabe destacar que muchos de los alumnos beneficiarios no tienen personas adultas dispuestas o suficientemente formadas para ayudarlos y motivarlos en el estudio, y tampoco cuentan con espacios domésticos idóneos para concentrarse y realizar sus tareas, por lo que su principal espacio de aprendizaje resulta ser el aula. La escuela, en tanto, cubre un rol fundamental para la educación de estos jóvenes, pero al mismo tiempo, los docentes se ven desbordados ante las problemáticas que esta realidad les plantea, asumiendo con dificultad su tarea o sin las herramientas suficientes.
Por ello el acompañamiento áulico de estudiantes voluntarios propuesto por el proyecto “Enseñar y Aprender a Estudiar” descomprime la situación, favoreciendo el trabajo docente y el desarrollo regular de las actividades didácticas. Al ser jóvenes, muchas veces los voluntarios logran además cierto nivel de compañerismo y confianza con los alumnos, llegando potencialmente a generar un impacto positivo en el desempeño escolar y en las elecciones de vida.
En este sentido es que además del acompañamiento áulico se fomenta la creación de espacios para el intercambio de experiencias, seguimiento y capacitación de los voluntarios. “Enseñar y Aprender a Estudiar” brinda una oportunidad concreta a toda persona que apueste a la educación y quiera contribuir activamente a su promoción, satisfaciendo además la necesidad de experiencias didácticas en el campo que tienen muchos estudiantes universitarios.
Asimismo, resulta inestimable el valor del intercambio entre ACDI, la Universidad y las escuelas. El trabajo conjunto e interinstitucional hace que este tipo de proyectos partan de las necesidades de base y constituye el corazón de los proyectos de extensión, es decir la vocación social de la universidad y su voluntad de dialogar con otras instituciones para promover la educación y el conocimiento al fin de adquirir el desarrollo social.
Fundamentos y antecedentes
Aprobado por el Ministerio de Educación de la Nación por primera vez en 2010, el proyecto –que originariamente tomó el nombre de “Tutorías de apoyo escolar para adolescentes en situación de pobreza de Santa Fe”– fue evolucionando hasta el día de hoy, involucrando a más de 200 voluntarios y beneficiando directamente a 8 escuelas y más de 1.000 alumnos.
Las escuelas destinatarias del proyecto pertenecen a zonas conocidas por los altos índices de pobreza, violencia y consumo de drogas. La situación socioeconómica de marginalidad que caracteriza el entorno social y familiar de los alumnos beneficiarios del proyecto fue de hecho uno de los motivos que generó la propuesta de convocar a voluntarios que acompañen y motiven el camino de acceso a la educación.