De la mano de ACDI y el programa Padrinos Solidarios, Joana conoció a la italiana Mirella cuando cursaba cuarto grado y estuvo en contacto con ella hasta terminar el secundario. Hoy, con 26 años, asegura que la experiencia enriqueció su niñez y adolescencia.
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En el contexto de su actividad laboral actual, la santafesina Joana (26) se encontró una mañana hablando con la coordinadora del programa Padrinos Solidarios de ACDI y no pudo contener su emoción al recordar que ella había sido beneficiaria de esa propuesta allá por el año 2002, cuando era una niña.
Tenía 10 añitos cuando se enteró por sus docentes de la escuela Santa Lucía –ubicada en el barrio Alfonso de la ciudad capital de la provincia de Santa Fe– que había sido seleccionada y su mamá le había dicho que sería algo “muy bueno para ella y su futuro”.
“Y en realidad lo fue”, detalló la joven, al tiempo que resaltó haber descubierto por esta experiencia “lo lindo que era escribir una carta, esperar una respuesta, encontrarse con un obsequio inesperado, ver fotos de otro país (su madrina designada era italiana, vivía en Milán) y mucho más».
“Mirella (así se llamaba la madrina) era una señora mayor que podía ser mi abuela”, comentó Joana y agregó: “La conocí un día que vino a Argentina y a visitarme a la escuela. Recuerdo haberla abrazado mucho, porque me había parecido muy dulce y cálida, y haberme quedado hablando mucho con la ayuda de una traductora”.
En esa línea la joven mencionó que ese mismo encuentro resultó un disparador para que la mujer le propusiera estudiar italiano. “Por su impulso y apoyo económico comencé en una academia del centro», dijo y completó: «Para mí era algo muy lindo, que me encantaba y que me enorgullece haber hecho”.
En esa línea, Joana remarcó: “Lo mejor del vínculo que logré con Mirella fue lo que siguió tras el programa. Porque por cuestiones familiares yo debí mudarme de barrio y a pesar de que la nueva escuela no estaba incluida dentro de Padrinos Solidarios, ella me siguió contactando –por medio de la asistente social que formaba parte del proyecto– y me acompañó de la misma manera hasta que terminé el secundario”.
“Nunca voy a olvidar a mi madrina solidaria, su apoyo me marcó la vida”, afirmó Joana, quien se mostró muy feliz ál saber que la iniciativa continúa en marcha y que actualmente son 400 los chicos apadrinados, no solo en su educación sino además en su desarrollo como personas, creciendo en un marco de amor y entrega desinteresada, sintiéndose valorados por alguien que no necesariamente conocen personalmente pero que reciben su cariño a través del intercambio de cartas.
Cabe destacar que estos niños pertenecen a 12 instituciones educativas que operan en contextos escolares de vulnerabilidad social y que están ubicadas no solamente en Santa Fe sino también en otras provincias.
>> La imagen de la nota e ilustrativa. Fuente: Freepik.