Cada 17 de junio se celebra el Día Mundial para Combatir la Desertificación y la Sequía con el fin de concienciar acerca de las iniciativas internacionales para combatir estos fenómenos. En este sentido, el Objetivo número 15 de la Agenda de la ONU par el Desarrollo Sostenible supone para el año 2030, «luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados, incluidas las tierras afectadas por la desertificación, la sequía y las inundaciones, y procurar lograr un mundo con una degradación neutra del suelo». Esta fecha brinda una oportunidad única para recordar que se puede neutralizar la degradación de las tierras mediante la búsqueda de soluciones, con una firme participación de la comunidad y cooperación a todos los niveles.
Por Ing. Fernando Aiello
Desde hace algunos años ACDI comenzó a transitar en distintas regiones semiáridas de nuestro país, un camino de desarrollo y acompañamiento entre productores, instituciones y técnicos. En este lapso, que continúa, es recurrente escuchar historias de un ambiente al que llegaron los primeros criollos, más hospitalario respecto del que actualmente viven estos productores. De hecho, la explicación por la cual sus antepasados se detuvieron e instalaron en donde residen actualmente radica en que eran lugares muy amigables para vivir: agua en abundancia, pastos para sus ganados, bosques para la energía y las construcciones. Todo lo que los pobladores rurales precisan para poder vivir bien.
Por cambios que han ido ocurriendo en el clima global (hoy tal vez con la mayor expresión de las últimas décadas), la falta de adopción de tecnologías adaptadas a esos ambientes, y un bajo acceso a los servicios básicos para los pobladores del siglo XXI, solemos encontrarnos con suelos erosionados, bosques que pierden cobertura y calidad, menor infiltración de agua, cada mes menos fauna. Triste prueba de ello son los tajos en la tierra producto de erosión hídrica, llamados cárcavas, que ocurren porque la escasa pluviometría que cae en estas zonas semiáridas se encuentra con suelos casi impermeables en los cuales el agua que escurre se lleva la materia orgánica y los mejores suelos del perfil superficial.
Claramente, esto deriva en una espiral de pobreza que se expresa en menor capacidad productiva, y consecuente despoblamiento rural.
En este sentido, y gracias a la confianza de socios, amigos y financiadores, los distintos equipos técnicos de ACDI, se asoman a la posibilidad de ir siendo parte de otra espiral. De pendiente suave y paso lento para que puedan subir todos. Esta carrera no es de velocidad, sino de resistencia. En este nuevo camino se está integrando a los jóvenes a participar y generar puestos de trabajo asociados a la recuperación ambiental. Apostando muy fuerte a la recuperación de la calidad de los bosques nativos, de diversas formas, con especies que además de madera y leña brinden alimento de calidad para la población local y nacional, como los productores que cosechan algarrobas para forraje animal y producción de una harina de altísima calidad nutricional. Apoyados en cadenas productivas que fortalecen el sistema ambiental y económico como la apicultura. En mejorar la estructura de los suelos usando pasturas ajustadas para distintas situaciones y apoyando el desarrollo de instituciones que promueven el manejo de pastizales naturales. En mejorar la comercialización de productos locales estratégicos como el queso de leche de cabra, que valoriza especialmente el trabajo de la mujer y el cuidado del monte donde pastan sus animales.
Un párrafo aparte merece el proceso de restauración que están llevando adelante grupos organizados de pueblos originarios que plantan algarrobo y hasta seleccionan y siembran “chaguar” que luego utilizan para producir artesanías.
Es evidente que falta mucho, pero mucho. Como también es evidente que el proceso iniciado tiene vida propia, inercia vital. Revertir los procesos de desertificación y emigración, lograr que los pobladores vuelvan a proyectar sus vidas y sus familias en los paisajes semiáridos de nuestro país, es una posibilidad real. Estamos todos invitados.
“Lo original, es volver al origen” A. Gaudí